DE MI RELACIÓN CON MARÍA
He
aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra (Lc. 1,38)
A
la postre, la relación con María más sublime, la que abarca todas las demás, es
“Ser María”: “otra María”. Sirva para entenderlo esta experiencia mística de
Chiara Lubich: “Entre un día en la Iglesia y, con el corazón lleno de
confianza, le pregunté: Por qué quisiste quedarte en la tierra, en todos los
lugares de la tierra, en la dulcísima Eucaristía, y no encontraste –Tu que eres
Dios- un modo de traer y dejar también aquí a María, la Madre de todos
nosotros, los que peregrinamos en el mundo? En el silencio, parecía responder:
“No la traje porque quiero volver a verla en ti. Aunque no seáis inmaculados,
mi Amor os virginizará; y tú, y vosotros, abriréis los brazos y el corazón de
madres a la humanidad que, como entonces, tiene sed de su Dios y de la Madre de
Él. A vosotros, pues, os corresponde mitigar los dolores, las llagas, enjugar
las lágrimas. Canta las letanías y trata de reflejarte en ellas” Chiara Lubich.
Manuel María Bru
Alonso
(Delegado
Episcopal de Catequesis)