domingo, 23 de octubre de 2016

El bien no hace ruido...

¡El bien no hace ruido! 
¡Cuando una flor brota, en el momento que el sol sale… 
cuando el mar se calma al bajar el sol, 
cuando sopla el viento, 
en la hora en la que una mano sustenta la otra… 
nada de todo esto hace algarabía para hacerse notar de su existencia! 
¡Es, porque el bien, para ser perfecto, tiene sólo que suceder!

sábado, 15 de octubre de 2016

lunes, 3 de octubre de 2016

lunes, 26 de septiembre de 2016

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Sal de tu tierra

El Jubileo extraordinario de la Misericordia, que la Iglesia está celebrando, ilumina también de modo especial la Jornada Mundial de las Misiones 2016: nos invita a ver la misión ad gentes como una grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material. En efecto, en esta Jornada Mundial de las Misiones, todos estamos invitados a «salir», como discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana. En virtud del mandato misionero, la Iglesia se interesa por los que no conocen el Evangelio, porque quiere que todos se salven y experimenten el amor del Señor. Ella «tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio» (Bula Misericordiae vultus, 12), y de proclamarla por todo el mundo, hasta que llegue a toda mujer, hombre, anciano, joven y niño.

La misericordia hace que el corazón del Padre sienta una profunda alegría cada vez que encuentra a una criatura humana; desde el principio, él se dirige también con amor a las más frágiles, porque su grandeza y su poder se ponen de manifiesto precisamente en su capacidad de identificarse con los pequeños, los descartados, los oprimidos (cf. Dt 4,31; Sal 86,15; 103,8; 111,4). Él es el Dios bondadoso, atento, fiel; se acerca a quien pasa necesidad para estar cerca de todos, especialmente de los pobres; se implica con ternura en la realidad humana del mismo modo que lo haría un padre y una madre con sus hijos (cf. Jr 31,20). El término usado por la Biblia para referirse a la misericordia remite al seno materno: es decir, al amor de una madre a sus hijos, esos hijos que siempre amará, en cualquier circunstancia y pase lo que pase, porque son el fruto de su vientre. Este es también un aspecto esencial del amor que Dios tiene a todos sus hijos, especialmente a los miembros del pueblo que ha engendrado y que quiere criar y educar: en sus entrañas, se conmueve y se estremece de compasión ante su fragilidad e infidelidad (cf. Os 11,8). Y, sin embargo, él es misericordioso con todos, ama a todos los pueblos y es cariñoso con todas las criaturas (cf. Sal 144.8-9).

La manifestación más alta y consumada de la misericordia se encuentra en el Verbo encarnado. Él revela el rostro del Padre rico en misericordia, «no sólo habla de ella y la explica usando semejanzas y parábolas, sino que además, y ante todo, él mismo la encarna y personifica» (Juan Pablo II, Enc. Dives in misericordia2). Con la acción del Espíritu Santo, aceptando y siguiendo a Jesús por medio del Evangelio y de los sacramentos, podemos llegar a ser misericordiosos como nuestro Padre celestial, aprendiendo a amar como él nos ama y haciendo que nuestra vida sea una ofrenda gratuita, un signo de su bondad (cf. Bula Misericordiae vultus, 3). La Iglesia es, en medio de la humanidad, la primera comunidad que vive de la misericordia de Cristo: siempre se siente mirada y elegida por él con amor misericordioso, y se inspira en este amor para el estilo de su mandato, vive de él y lo da a conocer a la gente en un diálogo respetuoso con todas las culturas y convicciones religiosas.

Muchos hombres y mujeres de toda edad y condición son testigos de este amor de misericordia, como al comienzo de la experiencia eclesial. La considerable y creciente presencia de la mujer en el mundo misionero, junto a la masculina, es un signo elocuente del amor materno de Dios. Las mujeres, laicas o religiosas, y en la actualidad también muchas familias, viven su vocación misionera de diversas maneras: desde el anuncio directo del Evangelio al servicio de caridad. Junto a la labor evangelizadora y sacramental de los misioneros, las mujeres y las familias comprenden mejor a menudo los problemas de la gente y saben afrontarlos de una manera adecuada y a veces inédita: en el cuidado de la vida, poniendo más interés en las personas que en las estructuras y empleando todos los recursos humanos y espirituales para favorecer la armonía, las relaciones, la paz, la solidaridad, el diálogo, la colaboración y la fraternidad, ya sea en el ámbito de las relaciones personales o en el más grande de la vida social y cultural; y de modo especial en la atención a los pobres.

En muchos lugares, la evangelización comienza con la actividad educativa, a la que el trabajo misionero le dedica esfuerzo y tiempo, como el viñador misericordioso del Evangelio (cf. Lc 13.7-9; Jn 15,1), con la paciencia de esperar el fruto después de años de lenta formación; se forman así personas capaces de evangelizar y de llevar el Evangelio a los lugares más insospechados. La Iglesia puede ser definida «madre», también por los que llegarán un día a la fe en Cristo. Espero, pues, que el pueblo santo de Dios realice el servicio materno de la misericordia, que tanto ayuda a que los pueblos que todavía no conocen al Señor lo encuentren y lo amen. En efecto, la fe es un don de Dios y no fruto del proselitismo; crece gracias a la fe y a la caridad de los evangelizadores que son testigos de Cristo. A los discípulos de Jesús, cuando van por los caminos del mundo, se les pide ese amor que no mide, sino que tiende más bien a tratar a todos con la misma medida del Señor; anunciamos el don más hermoso y más grande que él nos ha dado: su vida y su amor.

Todos los pueblos y culturas tienen el derecho a recibir el mensaje de salvación, que es don de Dios para todos. Esto es más necesario todavía si tenemos en cuenta la cantidad de injusticias, guerras, crisis humanitarias que esperan una solución. Los misioneros saben por experiencia que el Evangelio del perdón y de la misericordia puede traer alegría y reconciliación, justicia y paz. El mandato del Evangelio: «Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20) no está agotado, es más, nos compromete a todos, en los escenarios y desafíos actuales, a sentirnos llamados a una nueva «salida» misionera, como he señalado también en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium: «Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio» (20).

En este Año jubilar se cumple precisamente el 90 aniversario de la Jornada Mundial de las Misiones, promovida por la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe y aprobada por el Papa Pío XI en 1926. Por lo tanto, considero oportuno volver a recordar la sabias indicaciones de mis predecesores, los cuales establecieron que fueran destinadas a esta Obra todas las ofertas que las diócesis, parroquias, comunidades religiosas, asociaciones y movimientos eclesiales de todo el mundo pudieran recibir para auxiliar a las comunidades cristianas necesitadas y para fortalecer el anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra. No dejemos de realizar también hoy este gesto de comunión eclesial misionera. No permitamos que nuestras preocupaciones particulares encojan nuestro corazón, sino que lo ensanchemos para que abarque a toda la humanidad.

Que Santa María, icono sublime de la humanidad redimida, modelo misionero para la Iglesia, enseñe a todos, hombres, mujeres y familias, a generar y custodiar la presencia viva y misteriosa del Señor Resucitado, que renueva y colma de gozosa misericordia las relaciones entre las personas, las culturas y los pueblos.

Texto publicado en www.vatican.va
Papa Francisco, mensaje Domund 2016

La belleza es relacional


Pero la belleza no se halla estáticamente en las realidades consideradas como bellas; es una especie de “esplendor” que surge dinámicamente entre ciertas realidades y el hombre sensible a los valores estéticos. Es un fenómeno relacional, no relativista. Sin intérpretes y espectadores sensibles no acontece lo bello, pero esto no indica que espectadores e intérpretes sean dueños de la belleza, como afirma el “relativismo subjetivista”. Debemos subrayar, por igual, la importancia de la obra y la del contemplador de la misma. La belleza surge en medio de ambos, en el punto en que se conjuntan sus posibilidades. Esta forma de ver la belleza es “relacional”, no “relativista”.
Alfonso López Quintás, Tomado de:  http://www.riveramusica.com/esp/partituras/16/441


EXPOSICIÓN DE PINTURA
Exponen miembros de taller de pintura.
Parroquia Sta. Beatriz.
Profesora guía: Sonia Sebastian.
Juntamente con: Emilio Ortega, Emilio Paul, José Sánchez, Inma López, Irene Verdú.

Fecha: 1 al 9 octubre 2016
Hora: 18  a  21 h.
Lugar: Parroquia Sta. Beatriz
Esperamos tu visita...

Jardín delicioso

Pensil en español es JARDIN DELICIOSO.
Los católicos debemos saber encontrar en María ese delicioso jardín de donde emanan todas las GRACIAS que Nuestro Señor quiere regalarnos porque sabe mejor que nadie que son indispensables para nuestra vivencia en la Tierra y para nuestra salvación.
Cuando encontramos el lugar de María en nuestras vidas, encontramos  nuestro lugar en el plan salvífico de Dios.
María siempre responde porque siempre responde Jesús.
Claro, para acoger lo que María propone plantar en nuestro pensil debemos retirar otras cosas del pasado que ocupan un lugar que no deben.
El Señor nos dice “el que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, coja su cruz y me siga…”

María, la esclava del Señor, es la que nos enseña a negarnos a nosotros mismos, y nos comunica las GRACIAS para coger la cruz y seguir a Su Hijo.

En este rincón, cada mes, iremos poniendo una flor a María y quitando algo que María no quiere en nosotros. 

Tal vez no hablo su idioma,...


«¿Quién comprende lo que Dios quiere?» (Sb 9,13). Este interrogante del libro de la Sabiduría, que hemos escuchado en la primera lectura, nos presenta nuestra vida como un misterio, cuya clave de interpretación no poseemos. Los protagonistas de la historia son siempre dos: por un lado, Dios, y por otro, los hombres. Nuestra tarea es la de escuchar la llamada de Dios y luego aceptar su voluntad. Pero para cumplirla sin vacilación debemos ponernos esta pregunta: ¿cuál es la voluntad de Dios?
La respuesta la encontramos en el mismo texto sapiencial: «Los hombres aprendieron lo que te agrada» (v. 18). Para reconocer la llamada de Dios, debemos preguntarnos y comprender qué es lo que le gusta. En muchas ocasiones, los profetas anunciaron lo que le agrada al Señor. Su mensaje encuentra una síntesis admirable en la expresión: «Misericordia quiero y no sacrificios» (Os 6,6;Mt 9,13). A Dios le agrada toda obra de misericordia, porque en el hermano que ayudamos reconocemos el rostro de Dios que nadie puede ver (cf. Jn 1,18). Cada vez que nos hemos inclinado ante las necesidades de los hermanos, hemos dado de comer y de beber a Jesús; hemos vestido, ayudado y visitado al Hijo de Dios (cf. Mt 25,40). En definitiva, hemos tocado la carne de Cristo
Estamos llamados a concretar en la realidad lo que invocamos en la oración y profesamos en la fe. No hay alternativa a la caridad: quienes se ponen al servicio de los hermanos, aunque no lo sepan, son quienes aman a Dios (cf. 1 Jn 3,16-18; St 2,14-18). Sin embargo, la vida cristiana no es una simple ayuda que se presta en un momento de necesidad. Si fuera así, sería sin duda un hermoso sentimiento de humana solidaridad que produce un beneficio inmediato, pero sería estéril porque no tiene raíz. Por el contrario, el compromiso que el Señor pide es el de una vocación a la caridad con la que cada discípulo de Cristo lo sirve con su propia vida, para crecer cada día en el amor.
Hemos escuchado en el Evangelio que «mucha gente acompañaba a Jesús» (Lc 14,25). Hoy aquella «gente» está representada por el amplio mundo del voluntariado, presente aquí con ocasión del Jubileo de la Misericordia. Vosotros sois esa gente que sigue al Maestro y que hace visible su amor concreto hacia cada persona. Os repito las palabras del apóstol Pablo: «He experimentado gran gozo y consuelo por tu amor, ya que, gracias a ti, los corazones de los creyentes han encontrado alivio» (Flm 1,7). Cuántos corazones confortan los voluntarios. Cuántas manos sostienen; cuántas lágrimas secan; cuánto amor derraman en el servicio escondido, humilde y desinteresado. Este loable servicio da voz a la fe -¡da voz a la fe!- y expresa la misericordia del Padre que está cerca de quien pasa necesidad.
El seguimiento de Jesús es un compromiso serio y al mismo tiempo gozoso; requiere radicalidad y esfuerzo para reconocer al divino Maestro en los más pobres y descartados de la vida y ponerse a su servicio. Por esto, los voluntarios que sirven a los últimos y a los necesitados por amor a Jesús no esperan ningún agradecimiento ni gratificación, sino que renuncian a todo esto porque han descubierto el verdadero amor. Y cada uno de nosotros puede decir: «Igual que el Señor ha venido a mi encuentro y se ha inclinado sobre mí en el momento de necesidad, así también yo salgo al encuentro de él y me inclino sobre quienes han perdido la fe o viven como si Dios no existiera, sobre los jóvenes sin valores e ideales, sobre las familias en crisis, sobre los enfermos y los encarcelados, sobre los refugiados e inmigrantes, sobre los débiles e indefensos en el cuerpo y en el espíritu, sobre los menores abandonados a sí mismos, como también sobre los ancianos dejados solos. Dondequiera que haya una mano extendida que pide ayuda para ponerse en pie, allí debe estar nuestra presencia y la presencia de la Iglesia que sostiene y da esperanza». Y, esto, hacerlo con la viva memoria de la mano extendida del Señor sobre mí cuando estaba por tierra.
Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que «el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre». Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes -¡ante los crímenes!- de la pobreza creada por ellos mismos. La misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya, y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento.
Su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres. Hoy entrego esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: que ella sea vuestro modelo de santidad. Pienso, quizás, que tendremos un poco de dificultad en llamarla Santa Teresa. Su santidad es tan cercana a nosotros, tan tierna y fecunda que espontáneamente continuaremos a decirle «Madre Teresa».
Esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión. Madre Teresa amaba decir: «Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír». Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren. Abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura.
SANTA MISA Y CANONIZACIÓN DE LA BEATA MADRE TERESA DE CALCUTA
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO, 4 de septiembre de 2016



Oración para la acción.

Señor, danos la sabiduría
que juzga desde arriba y ve a lo lejos
danos el Espíritu que omite
lo insignificante en favor de lo esencial.

Enséñanos a serenarnos
frente a la lucha y a los obstáculos
y a proseguir en la fe, sin agitación
el camino por tí trazado.

Danos una actividad serena
que abarque con una visión
unitaria, la totalidad.

Ayúdanos a aceptar la crítica
y la contradicción
Haz que sepamos evitar
el desorden y la dispersión.

Que amemos todas las cosas
juntamente contigo.

Oh Dios, fuente de ser,
únenos a Tí
y a todo lo que te converge
hacia la alegría y la eternidad

Amén.


P. Larrañaga

viernes, 23 de septiembre de 2016

miércoles, 21 de septiembre de 2016

viernes, 16 de septiembre de 2016

Todo esta conectado

"Todo está conectado, y eso nos invita  a madurar
una espiritualidad de la solidaridad global
 que brota del misterio de la Trinidad".
Papa Francisco, Laudato si, nº 240

jueves, 15 de septiembre de 2016

viernes, 9 de septiembre de 2016

jueves, 8 de septiembre de 2016

lunes, 5 de septiembre de 2016

lunes, 29 de agosto de 2016

Burundi, el perdón que detiene el odio


Una joven burundesa, en el contexto de la Semana Mundo Unido 2016, cuenta como encontró en el Evangelio la fuerza para perdonar a los asesinos de su padre, deteniendo así una cadena de venganzas.

Servicio de Caritas Enero-septiembre 2016

Meses  enero a septiembre     2016.
Intervenciones:                            1210
Horas servicio voluntarios           1450

Ayuda efectivo:                  6.950  €
Ayuda especies:               30.900 kg


COLABORACION
Bankia:
ES56 2038 1195 0160 0006 3981
---------
GRACIAS  A  QUIENES  HACEN  POSIBLE  NUESTRA  AYUDA.

Las donaciones realizadas a Cáritas desgravan en el IRPF/Impuesto de Sociedades. Para ello es imprescindible que nos hagas llegar el NIF/CIF.

Me aparto de la gente que considera a la insolencia valor,
 y cobardía a la ternura. 
Y también  me aparto de aquellos que 
consideran charlatanería a la sabiduría e ignorancia al silencio.
Khalil Gibran

Protegedme de la sabiduría que no llora, 
de la filosofía que no ríe
 y de la grandeza que no se inclina ante los niños.

Khalil Gibran

El pensil de María

Nuestra Señora al fundador de las Siervas de María le dijo que durante un tiempo los demonios estarían sueltos pero que Ella, por la Gracia de su Santísimo Hijo ya los había vencido, pero que a pesar de ello era necesario pedir Su Intercesión para que los demonios no causen tantos estragos y le dio a conocer la siguiente oración:
« ¡Augusta Reina de los Cielos y Ama Soberana de los Ángeles! Vos que habéis recibido de Dios el poder de aplastar la cabeza del dragón infernal, os pedimos humildemente que enviéis las legiones celestiales para que bajo vuestras órdenes, persigan a los espíritus malignos, los combatan por todas partes, repriman su audacia y los precipiten al abismo. 

¿Quién como Dios? - ¡Nadie como Dios! ¡Oh Buena y tierna Madre! Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh divina Madre!, enviad los Santos Ángeles para defendernos y rechazar muy lejos de nosotros el enemigo cruel. ¡Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos, protegednos!»
El Papa S. Pio X concedió 300 días de Indulgencia cada vez que se rezase.


Buen plan para empezar el curso.

Actividades 2016-2017

EXPOSICIÓN DE PINTURA
Exponen miembros de taller de pintura.
Parroquia Sta. Beatriz.
Profesora guía: Sonia Sebastian.
Juntamente con: Emilio Ortega, Emilio Paul, José Sánchez, Inma López, Irene Verdú.
Fecha: 1 al 9 octubre 2016
Hora: 18  a  21 h.
Lugar: Salones de la Parroquia Sta. Beatriz
Actividades sociales  y formativas.

Servicio cáritas.
Atención público
Martes de 10 a 13h

  Talleres de informática:
Juan Carlos 652 657 357 (Tardes)
Taller de pintura :
Sonia:   915 263 714;  665 851 988


Baile de salón y de sevillanas:
Mª Belén:   616 012 363
Taichi:
José:   652 970 849
Yoga:
Rufi: 644 315 149;  654 580 172

Coro y coral “Voces doradas”:

Carmen: 606 043 832.

Jesús recupera y lleva a plenitud del proyecto divino.

Frente a quienes prohibían el matrimonio, el Nuevo Testamento enseña que «todo lo que Dios ha creado es bueno; no hay que desechar nada» (1 Tt 4,4). El matrimonio es un «don» del Señor (cf. 1 Co 7,7). Al mismo tiempo, por esa valoración positiva, se pone un fuerte énfasis en cuidar este don divino: «Respeten el matrimonio, el lecho nupcial» (Hb 13,4). Ese regalo de Dios incluye la sexualidad: «No os privéis uno del otro» (1 Co 7,5). Los Padres sinodales recordaron que Jesús «refiriéndose al designio primigenio sobre el hombre y la mujer, reafirma la unión indisoluble entre ellos, si bien diciendo que “por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así” (Mt 19,8). La indisolubilidad del matrimonio —“lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19,6)— no hay que entenderla ante todo como un “yugo” impuesto a los hombres sino como un “don” hecho a las personas unidas en matrimonio [...] La condescendencia divina acompaña siempre el camino humano, sana y transforma el corazón endurecido con su gracia, orientándolo hacia su principio, a través del camino de la cruz. 
Papa Francisco, Amoris Laetitia, nº 61,62

Tomás de Aquino dejá de escribir.

Cuentan las crónicas que Tomás de Aquino, uno de los teólogos más portentosos de la historia, hacia el final de su vida dejó de Pronto de escribir. Cuando su secretario se le quejaba de que su obra estaba sin concluir, Tomás le replicó: «Hermano Reginaldo, hace unos meses, celebrando la liturgia, experimenté algo de lo Divino. Aquel día perdí todas las ganas que tenía de escribir. En realidad, todo lo que he escrito acerca de Dios me parece ahora como si no fuera más que paja».
¿Cómo puede ser de otra manera cuando el intelectual se hace místico? Cuando el místico bajó de la montaña se le acercó. el ateo, el cual le dijo con aire sarcástico:
«¿Qué nos has traído del jardín de las delicias en el que has estado?».
Y el místico 'le respondió: «En realidad tuve intención de llenar mi faldón de flores para, 
a mi regreso, regalar algunas de ellas a mis amigos. 
Pero estando allí, de tal forma me embriagó la fragancia del jardín 
que hasta me olvidé del faldón».
Los Maestros de Zen lo expresan más concisamente:
«El que sabe no habla. El que habla no sabe».

Anthony de Mello, “El canto del pájaro”.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Todos somos pobres


Tendríamos que, con crisis o sin ella, aprender a mirarnos pobres. Porque todos somos pobres. Somos pobres porque somos limitados. Somos pobres porque somos pecadores. Somos pobres porque sufrimos. Somos pobres porque somos mortales.

Esta es la mirada humana, profunda, limpia, verdadera, que recupera la riqueza esencial del marginado y excluido, la de su infinita dignidad como hijo de Dios, y la farsante e injusta desproporción de esta riqueza con sus carencias. Es la única mirada radical que iguala al que tiene con el que no tiene, y que hace irresistible la reacción, de puro dolor, que a la vez extirpa del pobre su miseria y del rico su arrogancia, porque con la primera el rico oscurece la dignidad del pobre, a la vez que desfigura su propio rostro, enmascarado. Esta mirada cambia, convierte, libera y salva.

Es la mirada que implora el pobre. A veces es lo único que coincide entre lo que pide y lo que realmente necesita. Hay especialistas en el trabajo social que creen que la promoción sustituye la caridad, cuando la verdadera caridad es la única capaz de promocionar, pues es la única manera de mirar así, y de despertar así la dignidad, y con ella la responsabilidad, el sentido y las ganas de vivir. Quien ama es quien se hace uno con la persona que ama, quien vive el otro, quien se despoja de si mismo en la acogida al otro. Saber amar es saber mirar, y saber mirar es saber amar.

Es la mirada la que desvela la superficialidad, falacia, inconsistencia y frugalidad de lo que normalmente llamamos no se si riqueza, pero si seguridad, calidad de vida, o bienestar. Cuando ninguna de estas legítimas aspiraciones es capaz de llenar el verdadero anhelo de felicidad humana. Nos bastaría esta mirada para acariciar el tesoro que siempre es la riqueza del otro, para adquirir el atractivo de la solidaridad, que es el de bajar a la mina de esas pepitas de oro puro, limpias del barro de las riquezas, pero escondidas y enterradas en los suelos de la marginación y la miseria.

La beata Madre Teresa de Calcuta (en pocos días Santa Teresa de Calcuta) lo explicó mucho mejor: "A los ricos les falta de todo, porque siempre están insatisfechos y tratan de poseer cada vez más. Los pobres viven con serenidad. Cuando los ricos empiecen a compartir lo que tienen con los pobres, encontrarán la serenidad que andan buscando como locos, y que su dinero no les puede dar".

Tomado de:  http://blogs.alfayomega.es/primereando/todos-somos-pobres/

domingo, 21 de agosto de 2016

jueves, 18 de agosto de 2016

Marcados por la misericordia

  • Protagonistas de nueva vida: marcados por la misericordia

No sé si sabré describir todo lo que durante estos días hemos vivido en Cracovia (Polonia), junto a los jóvenes del mundo acompañados por el Papa Francisco. Tanto los que allí estuvimos acompañándolos y dando las catequesis, como los que habéis seguido lo allí acontecido por los medios de comunicación social, hemos visto la importancia que tiene este momento histórico y la conexión que los jóvenes realizan desde la fe para afrontar con el arma de la misericordia nuevas maneras de vivir y de ser, que nos lleven a hacer de esta humanidad una gran familia.

Jóvenes venidos de todos los países y culturas han conectado desde lo más profundo de su existencia con la propuesta que Jesucristo nos hizo directamente y que, a través de los tiempos, realiza la Iglesia en su nombre. Ha sido un acontecimiento como Pentecostés, donde todos se entendían porque hablaban y vivían el lenguaje del amor de Dios, de la misericordia. Los jóvenes fueron sensibles y escucharon lo que el Papa Francisco les manifestaba. Al igual que en Pentecostés, el sucesor de Pedro les habló de la fuerza y de la novedad que trae Jesucristo; nada se puede comparar. Esta novedad hace jóvenes despiertos, inquietos, con capacidad para no vivir vegetando, para dejar huella; defensores de la libertad, con la audacia de caminar por este mundo siguiendo la locura de este Dios que se nos ha revelado en Jesucristo y se nos muestra en el desnudo, en el hambriento y en el sediento, en el enfermo, en el encarcelado, en el emigrante y en el que vive la soledad de no tener una mano amiga que le de calor y aliento.

Junto al Papa Francisco, los jóvenes han visto al maestro, líder y amigo que les dice la verdad sin esconder nada. A quien con una fuerza extraordinaria les dice que, frente al odio, la división, el consumismo, el descarte, el vivir egoístamente, ante la guerra, los enfrentamientos y la falta de perdón, la respuesta tiene que ser la fraternidad, la comunión, construir la gran familia de los hijos de Dios. Para esto, nos invita a no encerraros y tampoco a paralizarnos o sentarnos buscando la comodidad y la seguridad. Vivir así hace jóvenes adormecidos y, mientras duermen, otros aprovechan para decidir el futuro por ellos.

¡Qué maravilla ver cómo el Papa Francisco ha captado la sensibilidad de los jóvenes, que ni les gusta ni se sienten plenos y felices con la manera de vivir y desarrollarse de nuestro mundo! No es un problema religioso, es un problema de tomar la decisión de no esconder la verdadera fotografía del ser humano realizada por Dios mismo. Somos imagen y semejanza suya, ¿podemos destruir estas imágenes? ¿Podemos utilizarlas a nuestro gusto? ¿Podemos romperlas? Frente al retrato del hombre que quiere instalarse en nuestro mundo, que lleva a una convivencia del descarte y la utilización de los demás, a servirse de los otros, y a no tener el coraje suficiente para hacer y construir el mundo para todos, seamos una gran familia. Esto se puede hacer si tomamos la decisión de vivir según el deseo de Nuestro Señor Jesucristo: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado».

Hoy podemos decir que muchos jóvenes del mundo, los que no quieren desentenderse de las situaciones de los demás, los que quieren construir una gran familia, quieren y sueñan con la época de la misericordia. Muchos han descubierto que el corazón, cuando es tocado por Jesucristo, cambia todos los planteamientos de la vida. Ven claro que una nueva época ha comenzado con Jesucristo, pueden decir con fuerza «¡este es el tiempo de la misericordia!», y toman la decisión de decir «¡Señor, haz de mí un instrumento de misericordia!». Porque perciben y ven en lo más profundo de sí mismos una llamada a prestar la vida para ser instrumento de misericordia, desean marcar el presente y el futuro de la humanidad con una revolución no con armas, sino con el amor mismo de Dios. ¿Dónde está ese Dios? ¿Dónde está ese Dios que consiente el mal de la enfermedad, del emigrante que deja su tierra, del refugiado, de la guerra, de las desgracias, de los niños explotados? Búscalo en ellos, ponte a servirlos como lo hizo Él mismo, hasta morir por amor en la Cruz. Cambia el mal por el bien con el amor mismo de Dios. Él quiere hacerse presente con su misericordia. ¡Qué palabras salidas del corazón del Papa Francisco en Auschwitz!: «¿Es posible que nosotros los hombres, creados a imagen de Dios, seamos capaces de hacer estas cosas? [...] pero si esto es verdad, también lo es que Jesús ha cargado sobre sí todas estas cosas, incluso nuestro pecado, [...] todos somos pecadores, Él nos ama porque somos hijos de Dios». Y quiere que de lo que Él nos ha dado, demos nosotros también.

Pienso que para ser instrumentos de la misericordia de Dios, es bueno que nos detengamos en alguna de estas bienaventuranzas, que tienen repeticiones, pero también aspectos diferentes que pueden tocar más tu corazón. Seas joven o mayor, en este tiempo de verano, toma la decisión de hacer este sueño que está en el corazón de todo ser humano y que Dios hizo realidad con su vida para nosotros. También con su gracia nosotros podemos hacerlo:

  • 1. Bienaventurado si aceptas la invitación de Cristo: coge el arma de la misericordia que te regala gratuitamente y entra en el mundo siendo testigo fuerte de esta manera de amar.
  • 2. Bienaventurado si has descubierto en Jesucristo que este es el tiempo de la misericordia y dispones la vida a vivirla con pasión, entrega, protagonismo, dedicación y confianza.
  • 3. Bienaventurado si tienes valentía para dejarte mirar y tocar el corazón por el Señor, no podrás más que servir su misericordia.
  • 4. Bienaventurado si descubres que la Cruz es el signo más elocuente de amor y, desde ella, comprendes para vivir dándote y entrando en la lógica divina del don, de la entrega y de la donación.
  • 5. Bienaventurado si, ante los sufrimientos que padecen los hombres, miras a Jesús y te acercas como Él a quienes los padecen, con sus ojos, manos y oídos.
  • 6. Bienaventurado si con tu vida das respuestas concretas a los sufrimientos y necesidades de la humanidad.
  • 7. Bienaventurado si muestras con la vida que eres signo misericordioso de Jesús en este momento histórico que nos toca vivir, regalando paz, perdón, comprensión, compasión, dedicación, interés...
  • 8. Bienaventurado si, en el entorno en el que vives, das respuesta a esta pregunta: ¿cómo es posible que los hombres, que somos imagen y semejanza de Dios, dañemos, rompamos y estropeemos esa imagen?
  • 9. Bienaventurado si te haces pequeño, concreto y humilde como el Señor con quienes te encuentres por los caminos de la vida y das siempre plenitud de vida.
  • 10. Bienaventurado si te lanzas con protagonismo a la aventura de la misericordia, en tu familia, en tu trabajo, donde vives y con quienes vives, en las situaciones reales que rompen la familia humana; un protagonismo que lo es de entrega, de olvido de sí, de ver que el otro es más importante, de no dedicar tu tiempo a cuidarte y vivir pata ti mismo. Tu tiempo es tiempo de Dios y lo es para tus hermanos.

Con gran afecto, os bendice,

+Carlos, arzobispo de Madrid


domingo, 31 de julio de 2016

jueves, 28 de julio de 2016

martes, 26 de julio de 2016

lunes, 25 de julio de 2016

domingo, 24 de julio de 2016

viernes, 22 de julio de 2016

miércoles, 20 de julio de 2016

sábado, 16 de julio de 2016

lunes, 11 de julio de 2016

viernes, 8 de julio de 2016

martes, 5 de julio de 2016

lunes, 4 de julio de 2016

Nuestro amor cotidiano


"El amor es paciente,
es servicial,
el amor no tiene envidia,

no hace alarde,

no es arrogante,

no obra con dureza,
no busca su propio interés,
no se irrita,
no lleva cuentas del mal,
no se alegra de la injusticia,
sino que goza con la verdad.
Todo lo disculpa,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo soporta"
(1 Co 13,4-7).

FELIZ VERANO

viernes, 1 de julio de 2016

jueves, 30 de junio de 2016

martes, 28 de junio de 2016

domingo, 19 de junio de 2016

miércoles, 15 de junio de 2016

HORARIOS

HORARIOS DE MISAS

13 JUNIO 2016 -  12  SEPTIEMBRE 2016
Lunes a Sábado: 20 hs. Domingo: 10; 11:30 y 20 hs
Confesiones ½ hora antes de las Misas
DESPACHO PARROQUIAL:  
Lunes y Jueves: 19:00 a 20:30 hs
VISITA ENFERMOS
Jueves, viernes y cuando se solicita.
SANTO ROSARIO:
Todos los días media hora antes de la Eucaristía.

jueves, 2 de junio de 2016

martes, 31 de mayo de 2016

Obras de misericordia Junio


" EN EL MES DE JUNIO RECORDAMOS: Rogar a Dios por los vivos y los difuntos y enterrar a los muertos..."




lunes, 16 de mayo de 2016

De la abundancia del corazón...

Me estaba preparando para dar una conferencia y decidí llevar una naranja al escenario como una proposición para mi clase...
Abrí una conversación con un joven brillante que estaba sentado en la primera fila, y le dije:
- Si yo exprimiera esta naranja tan fuerte como pueda, ¿qué podría salir?
Él me miró como si estuviera un poco loco y dijo:
- Jugo, ¡por supuesto!
- ¿Crees que jugo de manzana podría salir de ella?
- ¡No! (él se reía).
- ¿Y jugo de toronja?
- ¡Tampoco!
- ¿Qué saldría de ella?
- Jugo de naranja, por supuesto.
- ¿Por qué?, ¿por qué cuando exprimo una naranja sale jugo de naranja?
- Bueno, es una naranja y eso es lo que hay dentro.

domingo, 8 de mayo de 2016

Día del Niño Hospitalizado

¿Nos ayudáis a lanzar miles de besos a los niños hospitalizados? Aladina y otras seis entidades se han unido para conseguir que el día 13 de mayo se convierta en el día del niño hospitalizado. 
¡Comparte este vídeo para lanzar tu beso solidario!
"Día del Niño Hospitalizado". 


viernes, 6 de mayo de 2016