Una mujer habla,
diciendo, ¿qué es el dolor? Y él dice:
Los sufrimientos son
las rasgaduras por las cuales los gérmenes de tu comprensión atraviesan sus
envolturas
Así como es
inevitable que la semilla del fruto se rompa para que el corazón pueda
madurarse al sol, así debes conocer el dolor.
Procura mantener tu
corazón maravillado con los milagros diarios de la vida así tus dolores no te
parecerán menos prodigiosos.
Sabrás someterte, sin
dificultad, a las estaciones del corazón, así como, ordenar tu vida de acuerdo
con las estaciones sobre los campos.
Esperarás alerta y
serenamente los inviernos de tu tristeza.
Tus sufrimientos son
en gran parte infligidos por ti mismo.
Ellos son esa pócima
amarga por la cual el médico que está en ti, cuida, lo enfermo en ti.
Por lo tanto confía
en este médico, y bebe su remedio con toda tranquilidad y sin lamento: aunque
te parezca difícil y absurda, su mano está guiada por la tierna mano del
invisible.
Y si la copa que él
te brinda, quema tus labios, no olvides que ha sido moldeada con las propias
sagradas lágrimas del Alfarero.