Desearíais
saber el secretó de la muerte.
¿Pero
cómo lo encontraréis a menos de buscarlo en el corazón de la vida?
El
mochuelo, cuyos ojos atados a la noche son ciegos en el día, no puede descubrir
el misterio de la luz. Si, en verdad, queréis contemplar el espíritu de la
muerte, abrid de par en par vuestro corazón en el cuerpo de la vida. Porque la
vida y la muerte son una, así como el río y el mar son uno también.
En el arcano de
vuestras esperanzas y deseos reposa vuestro conocimiento silencioso del más
allá.
Y, como las semillas soñando bajo la nieve, vuestro corazón sueña con la
primavera. Confiad en los sueños, porque en ellos el camino a la eternidad está
escondido.
Vuestro
miedo a la muerte no es más que el temblor del pastor cuando está en pie ante
el rey, cuya mano va a posarse sobre él como un honor. ¿No está, acaso,
contento el pastor, bajo su miedo de llevar la marca del rey? ¿No lo hace eso,
sin embargo, más consciente de su temblor? Porque, ¿qué es morir sino erguirse
desnudo? (…)
Sólo
cuando bebáis el río del silencio cantaréis de verdad. Y, cuando hayáis
alcanzado la cima de la montaña es cuando comenzaréis a ascender.
Y,
cuando la tierra reclame vuestros miembros, es cuando bailaréis de verdad.
KHALIL
GIBRÁN