Este año 2.017 se celebra el primer centenario
de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima y asimismo el primer centenario
de la fundación de La Milicia de La Inmaculada.
Vamos a volcarnos este año de gracia en estos
dos hechos tan relevantes.
En primer lugar durante varios meses,
desgranaremos las promesas de Nuestra Señora a los devotos del Rosario.
La oración del Rosario es una oración de
intercesión. San Pio X decía: “Denme un ejército que rece el Rosario y yo
conquistaré el mundo”.
Encuentro tan simple y hermoso el interceder
por aquellas y aquellos que se confían a nosotros por la oración del rosario.
Recuerdo una niña de 9 años que a las 11:00 p.m delante de su tienda scout,
rezaba sola el Rosario por la conversión de su papá.
El Rosario es la oración de los pobres, y es
porque somos demasiado ricos que esta oración nos parece difícil. Pienso en una
persona enferma de Alzheimer, cuya sola coherencia verbal era el “Ave María”.
La oración del Rosario le gusta a María, donde
quiera que la Virgen se aparece, pide rezar el Rosario. Desconocemos la razón
profunda. No olvidemos que fue zambulléndose siete veces en el Jordán que
Naamán, el leproso, escéptico, ante la
simpleza de la orden, salió curado… ¡Eso es también el Rosario!