Miércoles 2 de Noviembre 2016
Celebraremos la eucaristía por todos los seres queridos fallecidos.
"Una flor sobre su tumba
se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma,
la recibe Dios",
decía San Agustín.
Esta
fiesta responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos
fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de
purificación en el Purgatorio. (…)El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo
Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos,
para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46). Al respecto, San
Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán
perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí
son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las
faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso
ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso".
Canción de Martín Valverde.
No
se han ido del todo