martes, 27 de marzo de 2018

SI QUEREMOS PARECERNOS A MARÍA

Si queremos parecernos a María, si, al pasar de los años, queremos ser transformados en todo nuestro ser, es necesario que se dé en nosotros un doble movimiento de actividad y pasividad."Sí" respondo, y al mismo tiempo "me abandono a Tu Santa Voluntad". Para vivir así, hay que creer realmente que Dios está ahí y que Él conduce todas las cosas. En nuestra pobre existencia, si le decimos a Dios: "Aquí estoy, que se haga en mi según tu palabra", hay que agregar "si me agrada o no me agrada", y eso en función de nuestro propio juicio, de nuestros gustos o peor aún de nuestro confort. El Verbo de Dios, pudo hacerse carne en el seno de María porque María estaba ahí,  abandonada a la Voluntad de Dios y cooperando con toda su alma y su cuerpo a esta Voluntad. Dios nos quiere flexibles, y normalmente, cuando el Espíritu Santo nos habita, hay en nosotros esa flexibilidad. Flexibilidad, es la clave para hacer nuestros corazones totalmente disponibles a la acción de Dios.

RESPETO, APRECIO, DIVERSIDAD


El jueves, 22 de marzo, se ha reunido la Plataforma Pacto de Convivencia para recordar a las víctimas de delitos de odio en la exposición Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos. Con el objetivo de recordar el horror del pasado para tomar conciencia y poner de manifiesto la responsabilidad en la formación y promoción de una sociedad democrática y comprometida con los Derechos Humanos.
  «Juntos hacemos una visita a la memoria del Holocausto, del genocidio nazi, que rememora hasta qué oscuro lugar se puede descender cuando todo principio moral y ético es olvidado y se alienta la discriminación hasta convertirse en odio irracional hacia quienes son "diferentes"», reza la nota. «El respeto y el aprecio a la diversidad –recuerda el texto– son el mejor antídoto contra la intolerancia y la exclusión». 

LA SANTA TIERRA JORDANA


Vista de Gerasa, la ciudad grecorromana mejor preservada de Oriente Próximo. Foto: Daniel Duce

La tierra del reino hachemita ha sido, desde hace milenios, lugar de acontecimientos centrales en la historia del cristianismo, como su propio nombre indica –Jordania toma el nombre del Jordán, río donde fue bautizado Jesucristo–. «Tierra para mí familiar desde las Santas Escrituras, santificada por la presencia misma de Jesús, de Moisés, de Elías y Juan el Bautista, y por los santos mártires de los comienzos de la Iglesia», dijo san Juan Pablo II durante su vista en el año 2000, visita que ya había realizado Pablo VI y que repitieron Benedicto XVI y Francisco.
Cerca de un millón de sirios viven repartidos en las ciudades, muchos de ellos, cristianos atendidos por Cáritas. «El resto viven en campamentos, la mayoría en el de Zaatari (al norte) que es ya casi una ciudad con 400.000 personas aproximadamente».

SICNIE


El sábado 17 de febrero participamos en la celebración de los 30 años de los Servidores de la Iglesia Católica de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (SICNIE), una peregrinación evangelizadora a través de los servidores y catequistas indígenas de las distintas regiones del país. Como nos recuerda el documento de Aparecida, «la riqueza y diversidad cultural son evidentes en América Latina», «exigen reconocimiento y ofrecen valores que constituyen una respuesta a los antivalores de la cultura que se impone en la comunicación de masas».
La autoridad del servidor indígena en la comunidad es un referente moral para el pueblo: debe no solo enseñar sino vivir lo que enseña, la fidelidad basada en la fe y en la gratuidad del servicio viviendo sus mandamientos. Ama killa, ama llulla, ama shwa, que significa no ser ocioso, no mentir, no robar, para tener armonía. La sinceridad y honestidad debe ser la luz que, como antorcha, alumbra a los de la casa para que viendo sus buenas obras glorifiquen a Dios, que está en el cielo.
En esta fiesta se sintió esa fraternidad y alegría del encuentro de los hermanos venidos desde los cuatro puntos cardinales de nuestro Ecuador.


Rafael Cob;  Obispo de Puyo. Ecuador

La alegría signo del evangelio anunciado.

La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera. La experimentan los setenta y dos discípulos, que regresan de la misión llenos de gozo (cf. Lc 10,17). La vive Jesús, que se estremece de gozo en el Espíritu Santo y alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeñitos (cf. Lc 10,21). La sienten llenos de admiración los primeros que se convierten al escuchar predicar a los Apóstoles «cada uno en su propia lengua» (Hch 2,6) en Pentecostés. Esa alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto. Pero siempre tiene la dinámica del éxodo y del don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá. El Señor dice: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido» (Mc 1,38). Cuando está sembrada la semilla en un lugar, ya no se detiene para explicar mejor o para hacer más signos allí, sino que el Espíritu lo mueve a salir hacia otros pueblos.

La Palabra tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir. El Evangelio habla de una semilla que, una vez sembrada, crece por sí sola también cuando el agricultor duerme (cf. Mc 4,26-29)

 

Papa Francisco, La alegría del evangelio, nº 21

lunes, 26 de marzo de 2018

VIA CRUCIS 2018 escrito por 15 jóvenes al Papa


12 chicas y 3 chicos presentan un encuentro personal con Jesús camino a la cruz, en el que insertan situaciones del momento actual. Así son las meditaciones que se leerán este Viernes Santo en el Coliseo romano.

«En la oscuridad resplandecerá la luz»
«Jesús condenado a muerte». En la primera estación, Valerio lamenta la injusticia de la multitud que prefiere salvar a Barrabás y no al Señor, rogándole su ayuda para saber elegir en la vida ante las opciones que se presentan.
«Jesús con la cruz a cuestas». En la segunda estación, María y Margherita, señalan que la cruz, «símbolo para el hombre de humillación y dolor, se reverla ahora, por la gracia de su sacrificio, como una promesa: de toda muerte resurgirá la vida y en toda oscuridad resplandecerá la luz».
«Jesús cae por primera vez». En la tercera estación, Caterina le dice al Señor: «Con tu coraje nos enseñas que los fracasos y las caídas no deben detener nunca nuestro camino y que tenemos siempre una opción: rendirnos o levantarnos contigo».
«Jesús se encuentra con la Madre». En la cuarta estación, Agnese le pide ayuda al Señor para recordar siempre «el ejemplo de María, que aceptó la muerte de su hijo como misterio grande de salvación»… Para vivir siempre «con la mirada puesta en el bien de los otros ya morir en la esperanza de la resurrección y la certeza de que nunca estamos solos, ni abandonados por Dios ni por María, madre buena que lleva siempre en su corazón a su hijos».
El coraje de ser como el Cirineo
«El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz». En la quinta estación, Chiara, le ruega al Señor «haz que cada uno de nosotros pueda encontrar el coraje de ser como el Cireneo que lleva la cruz y sigue tus pasos». Que cada uno de nosotros sean tan humilde y fuerte como para llevar la cruz de los que encontramos…para estar abiertos al encuentro también en la diversidad».
«La Verónica enjuga el rostro de Jesús». En la sexta estación, Cecilia, le ruega a Jesús: «dame la fuerza para acercarme a las otras personas, a cada persona, joven o vieja, pobre o rica, querida o desconocida, y de ver en sus rostros tu rostro…».
«Jesús cae por segunda vez». En la séptima estación, Francesco, le pide al Señor: «Recuérdanos que cuando nos equivocamos y caemos, si estamos contigo y nos aferramos a tu mano, podemos aprender y volvernos a levantar… Haz que los jóvenes podamos llegar a todos tu mensaje de humildad y que las generaciones futuras abran los ojos hacia ti y sepan comprender tu amor…»
Afrontar los desafíos de la vida como Jesús
«Jesús que encuentra a las mujeres de Jerusalén» En la octava estación, Sofía reza así: Señor, haz que yo, junto con las mujeres y los hombres de este mundo, podamos ser cada vez más caritativos para con los más necesitados, como hacías tú»
«Jesús cae por tercera vez». En la novena estación, Chiara le ruega a Jesús: «danos el coraje de ir adelante en nuestro camino. Haz que acojamos hasta el fondo la esperanza y el amor que nos has donado. Que todos puedan afrontar los desafíos de la vida, con la fuerza y la fe con la que tú has vivido  los últimos momentos en tu camino hacia la muerte en la cruz».
«Jesús es despojado de las vestiduras». En la décima estación, Greta le ruega al Señor«…haz que podamos ver siempre la dignidad de los demás, estimarla y custodiarla».
Las Palabras de Jesús no son como las de Internet
«Jesús clavado en la cruz». En la undécima estación, Greta escribe que «hoy en el mundo de Internet, estamos tan condicionados por todo lo que circula en red que a veces dudo también de mis palabras. Pero tus palabras son distintas, son fuertes en su debilidad. Tú nos has perdonado, no tienes rencor, has enseñado a dar la otra mejilla y has ido más allá, hasta el sacrificio total de tu persona». Y le ruega al Señor: …«haz que ante una injusticia, yo pueda tener el coraje de tomar las riendas de mi vida y actuar de modo distinto».
«Jesús muere en la cruz». En la duodécima estación, Dante escribe: «Es un misterio grande Jesús: nos amas muriendo, habiendo sido abandonado…». Y le ruega al Señor: «…abre mis ojos, haz que yo vea aun en los sufrimientos, en la muerte, en el fin que no es verdadero fin. Perturba mi indiferencia con tu cruz…».
«Jesús que es bajado de la cruz». En décimo tercera estación, Flavia reza así: «Señor, has que en nosotros esté siempre viva la esperanza, la fe en tu amor incondicional. Haz que podamos mantener siempre viva y encendida la mirada hacia la salvación eterna y logremos encontrar alivio y paz en nuestro camino».

«Jesús que  es puesto en el sepulcro». En la decimocuarta estación, Marta le ruega: «Señor… Tú que no miras lo superficial, sino que ves lo secreto y profundo escucha nuestra voz; haz que podamos descansar en ti, reconocer en ti nuestra naturaleza, ver en el amor de tu rostro dormido nuestra belleza perdida.

domingo, 25 de marzo de 2018

lunes, 19 de marzo de 2018

domingo, 18 de marzo de 2018

miércoles, 7 de marzo de 2018

MUJERES VALIENTES

Con motivo del Día Internacional de la Mujer,
Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere sacar a la luz y mostrar a mujeres
valientes, luchadoras, auténticas, arrolladoras…
Mujeres de almas tomar. 


CLAVES BUENA CONVERSION


Sacar provecho a la propia personalidad, una buena compañía, un testimonio cercano y una invitación a un grupo de cristianos son las claves que ha observado en la mayoría de las conversiones el sacerdote Ramón Rosal, quien deja caer que la ausencia de Dios está en el trasfondo de muchas enfermedades de la psique

Dedicado durante décadas a la pastoral con los no creyentes –«en la periferia, como dice el Papa»– el sacerdote Ramón Rosal, doctor en psicología, acaba de publicar "Cincuenta ateos y agnósticos convertidos al cristianismo" (CCS), que además de una colección de biografías de conversos conocidos y desconocidos es un estudio de los diferentes procesos psicológicos que intervienen en la conversión de una persona.

Rosal, durante muchos años psicólogo clínico en el Instituto Erich Fromm de Psicoterapia Integradora Humanista de Barcelona, fundado por él, ha identificado diecinueve tipos de situaciones y experiencias psicológicas que juegan un papel importante como desencadenante de estos procesos, y describe el potencial psicológico que puede favorecer esta experiencia de «encuentro profundo» con Dios.

Así, destaca el papel de la identidad personal de cada individuo como el sustrato en el que Dios empieza empieza a edificar: «en las conversiones que he estudiado he visto la importancia de las emociones y las intuiciones en el proceso de las personas más sensibles; en otras más intelectuales, por ejemplo, Dios entra por la razón de estas personas. Dios no nos anula a la hora de entrar en nuestra vida, sino que trabaja con lo que ya somos».

Así, cita al famoso filósofo de la ciencia y propagandista ateo Anthony Flew, quien tras convertirse afirmó que fue precisamente la ciencia la que le había llevado al conocimiento de la existencia de un Dios creador; o el filósofo García Morente, que gracias a su sensibilidad estética pudo reconocer la presencia de Jesús junto a él una noche oyendo un fragmento de Berlioz; o Paul Claudel, admirador del arte que fue cautivado por la fe cristiana que emana de las piedras de la catedral de Notre Damme; o Edith Stein, cuya inquietud intelectual le llevó a abrir y leer hasta el final el "Libro de la vida" de santa Teresa de Jesús.

De este modo, «Dios se vale de nuestras aficiones y de nuestras características humanas para entrar en nuestra vida. Dios no nos anula. El acto de fe es una colaboración de la gracia divina con el hombre. No es que todo lo haga Dios y nosotros estemos pasivos; lo principal es la gracia, pero luego el ser humano facilita u obstaculiza esa acción de Dios».

El proceso de conversión

Pero hay algo más decisivo que interviene en la conversión de una persona. «Me he encontrado con que, a pesar de que hay una gran variedad, en casi todos los casos que he estudiado hay un amigo cristiano o una admiración hacia otros cristianos –lo que se llama habitualmente "mediación"– que le han llevado de la mano hasta la fe».

Por eso resalta la importancia de la existencia de un fuerte vínculo previo a la hora de acompañar a otra persona en este proceso. «En la gran mayoría de las personas que he investigado tuvo especial relieve el testimonio de cristianos, amigos, escritores… Por eso es bueno que haya un buen vínculo antes de pasar a una conversación más profunda. Si no lo hay, si no hay esa confianza, no es provechoso. Incluso haber trabajado juntos en algo humanizador, compartir juntos algo valioso desde el punto de vista humano, es la mejor base para un diálogo posterior, a solas, en el que tú puedas comunicar tus convicciones religiosas».

Una experiencia personal

En esto, Rosal menciona su propia experiencia, pues en el libro recoge siete casos de personas a las que él mismo ha acompañado en estos últimos años. «Con todos ellos había una amistad previa, un vínculo común. Son expacientes míos, alumnos o psicólogos miembros de mi equipo en el que existía una buena colaboración humana. Cuando les conocí, ellos no sabían que era sacerdote y tampoco que fuera católico. Esto lo han sabido cuando convenía, porque primero existió una relación de confianza».

Para Rosal, el problema es que «muchos tienen una visión muy deformada de la fe, alimentada con caricaturas y prejuicios, y eso frena mucho una conversión. La mejor estrategia entonces es ir derrumbando prejuicios poco a poco, ir suscitando la curiosidad». Y añade también la importancia de utilizar «un lenguaje no convencional, una forma de hablar que no rechine en los oídos de los alejados y que sea atractiva para ellos».

Así, «después de haber hablado varias veces y de responder a algunas preguntas, llega el momento de dar tu testimonio personal de vida, que el otro sepa por qué crees, de dónde te viene vivir así, de dónde viene tu fe. Y luego es muy positivo invitarle a algún grupo de cristianos, a un rato de oración o de intercambio de experiencias, a alguna reunión en la que se hable de un tema interesante. Ofrecer al otro un buen ambiente ayuda mucho», reconoce el padre Ramón Rosal.

«Que Jesús sea el alimento de tu vida»

Además de su actividad en el Instituto Erich Fromm, el padre Rosal ha organizado durante años unos encuentros semanales dirigidos tanto a cristianos como a agnósticos que valoran la figura de Jesucristo, «porque hay muchos no cristianos que tienen a Jesús como inspiración de su vida». Recuerda especialmente cuando en la Eucaristía «ellos hacían su comunión espiritual: se ponían en la cola y cuando llegaban a mí yo les daba la bendición y pedía para ellos que Jesús fuera el alimento de su vida. "Eso es más bonito de lo que nos dices a nosotros", me decían los otros entre risas».

¿Está la ausencia de Dios en el trasfondo de muchas enfermedades de la psique? Ramón Rosal responde que «por nuestro instituto han pasado cerca de 4.000 pacientes, y de ellos solo algo menos del 14 % se han declarado creyentes. Eso a mí me hace pensar, porque en la calle hay ateos y agnósticos, pero no tanto… Hay quien tiene la hipótesis de que la fe ayuda a evitar trastornos psicológicos. Yo solo me remito al porcentaje. Pero es que en los últimos tres años, el porcentaje de creyentes se ha reducido más todavía: hoy está en menos del 10 %, cuando al mismo tiempo los problemas de trastornos psicológicos han ido en aumento. Yo creo que de ahí se pueden sacar algunas conclusiones…»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo


​Tomado de: http://www.alfayomega.es/143840/las-claves-de-una-buena-conversion

martes, 6 de marzo de 2018

lunes, 19 de febrero de 2018

EL OTRO, LOS OTROS.


¿Miramos a la cara a nuestros colegas, jefes, colaboradores? Son personas. Son el otro. Un otro que se nos aparece inicialmente con su rostro, la parte del cuerpo más desnuda y más expuesta a la mirada, y cuya expresión debemos descifrar. El rostro nos ofrece una imagen privilegiada de nuestros semejantes: en él se inscriben todos los movimientos de la subjetividad. Del rostro emana toda la interpelación de las personas.

MUJER, HE AHÍ A TU HIJO

1. Después de recordar la presencia de  María y de las demás mujeres al pie de la cruz del Señor, san Juan refiere: «Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: "Mujer, he ahí a tu hijo". Luego dice al discípulo: "He ahí a tu madre"» (Jn 19,26-27).

Estas palabras, particularmente conmovedoras, constituyen una «escena de revelación»: revelan los profundos sentimientos de Cristo en su agonía y entrañan una gran riqueza de significados para la fe y la espiritualidad cristiana. En efecto, el Mesías crucificado, al final de su vida terrena, dirigiéndose a su madre y al discípulo a quien amaba, establece relaciones nuevas de amor entre María y los cristianos.   

Las palabras de Jesús agonizante, en realidad, revelan que su principal intención no es confiar su madre a Juan, sino entregar el discípulo a María, asignándole una nueva misión materna.  

«Mujer, he ahí a tu hijo» Catequesis de Juan Pablo II (23-IV-97).


JESÚS: OTRA FORMA DE VIVIR


La "Semana Santa", que es el nombre  popular del "misterio" esencial de nuestra fe cristiana. Es la puesta en acto del evangelio: "si el grano de trigo no muere...". En la "Pascua" se da el paso a la confesión de fe en Jesús como el Hijo de Dios. La "Pascua" no es algo que  se realiza en Jesús en beneficio de él mismo. "No lloréis por mí", dice Lucas en el camino hacia el calvario: "llorad por vuestros hijos". Jesús no muere para sí mismo, sino en solidaridad con todos los que padecen la injusticia, en solidaridad con todos los que sufren, con todos los que mueren.
La pasión, muerte y resurrección de Jesús son "modelo" de nuestra vida para que también nosotros muramos nuestra vida en solidaridad con los que sufren y con Él. Abramos nuestro corazón a todos los sufrientes.

CUARESMA 2018



La libertad de Jesús para vivir amando, hasta el extremo, no depende de las expectativas de los demás sobre Él. No se deja "seducir" por el clamor del pueblo cuando le aclama triunfalmente a la entrada en Jerusalén, ni tampoco la incomprensión y el abandono de los suyos le lleva a renunciar a sus opciones.

Su libertad no es una libertad que nace de "afuera a adentro", sino que está anclada en el corazón de Dios. Su libertad está "amarrada" al sueño de Dios que quiere: que la ternura, la compasión solidaria, la justicia alcancen a todas las criaturas y que se acabe para siempre el dolor y el llanto.

Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús (1889-1943), fundadora de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, fue una precursora del Concilio Vaticano II


El Papa canonizará a la madrileña que fundó el primer sindicato obrero femenino en Bolivia
El Papa ha reconocido el milagro que consentirá canonizar a la beata española Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús. Beatificada en 1992 por Juan Pablo II . El Papa Francisco aprobó el milagro que despeja definitivamente la proclamación de santidad en una audiencia que mantuvo el viernes con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato.
Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús nació en Madrid (España) el 10 de enero de 1889 y murió en Buenos Aires (Argentina) el 6 de julio de 1943.
Una de las hazañas de la española fue organizar en 1933 a las mujeres de los mercados y comercios orureños para formar el que fue el primer sindicato obrero femenino de Bolivia.