viernes, 19 de enero de 2018

domingo, 14 de enero de 2018

MIEDO DE ENCONTRARNOS A NOSOTROS MISMOS

"La libertad interior""Llamados a la vida" o "Tiempo para Dios" son algunos de los libros que el padre Jacques Philippe, sacerdote de la Comunidad de las Bienaventuranzas, ha escrito. Referencia indiscutible en el ámbito de la espiritualidad, Philippe estuvo el pasado fin de semana en Barcelona para predicar un retiro y ofrecer una charla. Os invitamos a verla entera aquí, pero -si no tenéis una hora y media- también os ofrecemos en formato entrevista sus reflexiones sobre la oración y la relación con Dios:
Hablar de rezar hoy en día parece algo anticuado.
Sí, hoy dar la prioridad a Dios exige mucho coraje, pero es una lección muy importante y fecunda. Aunque tal vez no se vea, mucha gente siente hoy esta llamada del Espíritu a la oración, y cuando uno entra en este camino –un camino de fidelidad y no siempre fácil-, las consecuencias son muy positivas.
¿Qué tipo de consecuencias?
Me refiero a los frutos tanto individuales como para la comunidad. Estos frutos son lo que nos permite decir que la oración no es algo puramente psicológico, porque tiene consecuencias. Si permanecemos fieles a la oración, poco a poco nos volvemos más apacibles, más delicados, más atentos a los demás: comunicamos la paz de Dios. Luego están los santos, que gracias a la oración han logrado hacer grandes obras de amor impensables en un principio.
El prisma Jacques Philippe oración Dios como rezar
¿Es orar lo que se lo ha permitido?
Nos lo permite a todos. Para vivir una vida cristiana que no sea simplemente una adhesión a una doctrina o seguir unas normas morales, es necesaria una relación de corazón con Dios. Vivimos en un mundo que presenta desafíos ante los que la simple sabiduría humana no basta: necesitamos una fuerza interior que solo podemos encontrar en el Señor. Y para eso es imprescindible conocer las actitudes esenciales que están en la base de toda buena oración.
¿Qué es una "buena oración"?
No es una cuestión de técnicas: una oración buena es la que nos hace encontrar a Dios y poco a poco nos transforma interiormente. Las actitudes esenciales que te decía son tres: la oración ha de ser un acto de fe, de esperanza y de amor.
Empecemos por el principio entonces, ¿acaso ponerse a rezar no es ya en sí un acto de fe?
Sí, uno muy simple pero muy importante porque te pone en contacto con Dios. Con el mero hecho de rezar uno está manifestando varias cosas: "Creo que Dios existe", "Creo que me ama y se interesa por mí" y "Creo que vale la pena consagrarle unos minutos".

La "buena oración" no es una técnica, es aquella que nos hace encontrar a Dios y nos transforma

Una vez hecho este primer contacto, ¿qué siente?
Bueno, es cierto que gracias a la oración uno puede llegar a sentir –a percibir sensiblemente- la presencia de Dios, su ternura y su alegría. No pasa siempre pero es algo bonito cuando ocurre, porque Él no es un ser lejano, sino alguien que viene a mí, que me toca. Aunque la oración no es desde luego una mera experiencia sensorial, también es cierto que muchas veces despreciamos los sentimientos y nos quedamos en un plano más frío, más intelectual.
¿También se puede contactar con Dios por esta vía?
Sí, a veces el Señor viene a nosotros desde la inteligencia, nos da luces: nos permite comprender de una forma nueva algún aspecto de nuestra fe o responde alguna duda delicada que tengamos. Pero lo que digo es que hay que tener claro que la oración como acto de fe no se basa ni en los sentimientos ni en el intelecto.
¿Entonces en qué?
Hay momentos en los que buscamos sinceramente a Dios, llenos de buena voluntad, pero en los que somos como un trozo de madera en el plano sensible y en el intelectual estamos a tientas en la oscuridad, rodeados de cosas que nos sobrepasan. A veces Dios no responde todas las preguntas: desde luego, no encontraremos cada día bajo la puerta una nota con indicaciones suyas. A lo que me refiero es a que en toda vida cristiana hay momentos de mucha luz y momentos de sequía, momentos pobres en los que corremos el riesgo de desanimarnos ante las experiencias exuberantes de otros. Podemos inquietarnos, pero en estos momentos recordemos siempre una cosa.
El prisma Jacques Philippe oración Dios como rezar
¿Qué cosa?
En que ni la sensibilidad ni la inteligencia son la base de la relación con Dios: es la fe, es decirle "Señor, no siento gran cosa y me gustaría comprenderlo todo, pero creo aún así con todo mi corazón que estás aquí". Por eso es importante perseverar en la fe, porque cuando estás en esta actitud Él trabaja en ti aunque sea de manera secreta o profunda: con el tiempo verás los frutos.
Hablabas también de que la oración ha de ser un acto de esperanza, ¿en qué sentido?
Si rezo es porque sé que tengo necesidad de Dios, espero de Él la salvación que no puedo darme solo, espero de Él su gracia, su amor y su misericordia. Rezar es reconocernos humildes, darnos cuenta de que no somos autosuficientes: es un acto de esperanza simple pero precioso y lleno de valor. Esto es importante porque paradójicamente, la oración a veces es un camino de pobreza.
¿A qué se refiere?
En primer lugar, a que la oración no tiene una técnica infalible: las mismas acciones no dan siempre los mismos resultados como al conducir, por ejemplo, sino que veces recibes consolaciones que no has pedido o buscas y no encuentras. Esto es así porque en la oración siempre dependemos de Dios, y a Él no podemos controlarle. También es un camino de pobreza porque la oración, que es fantástica, tiene un pequeño problema.

La oración es un camino de pobreza: nos hace ver nuestra miseria y nuestros límites

¿Cuál es?
Que cuanto más entramos en la luz de Dios, más vemos nuestra miseria, nuestros límites, nuestra dureza de corazón. Es como las ventanas de casa: cuando afuera está oscuro parece que estén limpísimas, pero a la que el sol pasa a través de ellas ves que lo que creías impoluto está lleno de suciedad: pasa lo mismo con la oración. No es algo agradable, pero es bueno para ser humildes, porque sólo cuando conocemos una enfermedad podemos curarla.
Pero entonces la oración se vuelve incómoda, ¿no?
En esos momentos en que la oración no es un momento de intimidad maravillosa con Jesús es cuando nuestra pobreza humana se manifiesta más claramente. Aparece todo lo malo que hay en mi vida, y por eso mucha gente tiene miedo de la oración, miedo del silencio, de la soledad: tenemos miedo a encontrarnos a nosotros mismos. Ahí es cuando la práctica de la esperanza es importante.
¿Cómo se practica la esperanza?
Muy simple: te pones delante de Él y le dices: "Señor, estoy ante ti como un pobre, veo todos mis pecados y mi fragilidad, pero no es un problema porque Tú eres mi esperanza. Es de ti que espero mi salvación, Señor: es de ti que espero la gracia que podrá curarme, purificarme y transformarme". Esto es un acto de esperanza: un acto de humildad en el que dejas de hacerte el interesante, reconoces tus límites y los aceptas poniendo tu confianza en Dios. Dejas que Él sea tu roca.
No parece sencillo…
Se cuenta que al rey San Luis Jesús le dijo: "¿Querrías rezar como un santo? Te invito a rezar como un pobre". Si entramos en esta actitud de humildad y esperanza, rápidamente Dios vendrá a consolarnos y nos dará la paz. A veces tarda un poco, pero Dios es fiel: como dice la Santa Escritura, "un pobre ha gritado y Dios escucha". Es algo que vemos muy a menudo en la Biblia: la oración que Dios escucha –la que toca Su corazón y transforma a quien la realiza- no es la del fariseo, sino la del pobre que grita al Señor desde lo profundo, como el publicano arrodillado al fondo del templo. Es la potencia que hay en la esperanza: si esperamos todo de Dios, aunque tengamos que pasar por la puerta estrecha, Él nos lo dará todo, porque es fiel siempre.
El prisma Jacques Philippe oración Dios como rezar
Entonces, ¿Dios lo hace todo? ¿Dónde queda el hacer del hombre entonces?
No hablo de una espera pasiva: todo lo que dependa de mí, lo hago, evidentemente, pero soy fiel a la oración. Grito al Señor "día y noche", como dice la Biblia, no con un sentimiento vago sino con un compromiso fiel.
El tercer punto que mencionabas era la oración como acto de amor.
Sí, pero no un amor romántico o sensible, sino un amor verdadero a Dios: cuando rezo quiero ponerle en el centro de mi corazón y darle tiempo. Dar a Dios cada día media hora –en tanto que el tiempo, desde luego, es importante porque es nuestra vida- es un auténtico acto de amor.
Pero no todo el mundo tiene media hora al día para dar a Dios…
Lo que está claro es que la oración requiere tomar un tiempo, y cuanto más mejor, pero es cierto lo que dices. Para la gente que está en el mundo, ocurre que hay gracias muy especiales: si es todo lo que puedes dar, con solo 10 o 15 minutos al día puedes recibir más gracias que una monja carmelita que reza tres horas, porque Dios conoce la condición de vida de cada uno. Se trata de reservar un momento del día y consagrarlo a Dios.
Dice que orar es un acto de amor pero también que la oración se produce en sequía muchas veces, ¿cómo es posible juntar estos dos extremos?
Porque aunque se rece en sequedad, el deseo de amar sigue en el centro de toda oración, le da todo su valor y atrae el amor de Dios. Pero la oración no es sólo un acto de amor al Padre, también al prójimo, aunque muchas veces ni lo pensemos. Poder rezar los unos por los otros es un consuelo mucho mayor de lo que podemos imaginar.

Si no tienes tiempo y dedicas 10 minutos al día puedes recibir más gracias que una carmelita en tres horas

¿En qué sentido?
En que nos ayuda con el mayor sufrimiento que puede haber en la vida: ver sufrir a alguien amado y no poder hacer nada por él. Ante esta impotencia, siempre nos queda la oración: no es una varita mágica pero cuando rezo por alguien sé que Dios escucha mi oración y que –aunque no sé cuándo ni cómo, pues el tiempo de Dios es misterioso- le ayudara. La oración, además, también ayuda al prójimo aunque no recemos explícitamente por él.
¿Por qué?
Porque la oración nos transforma, dulcifica nuestro corazón: si soy fiel a la oración, me vuelvo más humilde, más dulce, más misericordioso, más atento a no juzgar –porque me doy cuenta de mi propia miseria-. Esto es un gran regalo para los que estén a mi alrededor. El corazón se tranquiliza y poco a poco uno se ve profundamente atraído por el misterio del amor de Dios: no hablo de cambios extraordinarios o extraños, sino a que de forma simple toda nuestra vida se unifica hacia Él. Y esto es porque es importante reconocer que en esta relación quien ama primero es Dios.
¿Y el hombre?
Responde. Es importante dar mi amor a Dios, pero lo es incluso más acoger su amor, es una actitud fundamental. Es creer que Dios te mira con una mirada de amor tal que no importan ni tu indignidad ni tu pobreza. Por eso no hay que salir de haber hecho, pongamos por caso, una hora de oración en la que no has estado al 100% diciendo "lo he hecho mal, he estado muy distraído, no he podido rezar bien…".
man+praying
Pero esta sería la reacción lógica, ¿no?
Sí, pero es caer en el orgullo. Lo que has de decirle a Dios en una situación así es "Señor, por mi parte esta hora que he pasado delante de Ti ha sido lamentable, pero a pesar de que yo estaba lejos, sé que Tú sí estabas ahí. Que aunque durante esta hora yo no haya hecho nada, Tú sí: me has mirado y me has amado. Gracias". Siempre hay que salir contento de la oración, y es algo que han tenido que aprender incluso los santos, ya lo decía Santa Teresa de Jesús.
¿Qué decía?
Ella cuenta que le costaba mucho la oración, que se sentía seca y se dormía, pero lo interesante es cómo reaccionaba. No se culpabilizaba, sino que decía: "Debería entristecerme, pero no lo hago porque pienso que los niños agradan tanto a sus padres cuando duermen como cuando están despiertos, y que los médicos duermen a sus pacientes antes de operarles… El Señor se acuerda de que no somos más que polvo". Esto, que tiene un toque humorístico, también esconde una gran reflexión. ¿Por qué anestesia un cirujano a su paciente?
Para que no sufra durante la operación.
Sí, pero también para poder trabajar tranquilo. Hay etapas en nuestra vida llenos de pobreza e impotencia en los que todo nos sobrepasa y lo único que queda es abandonarnos, dejarnos caer en los brazos del Padre. Estos son los momentos que usa Dios para sus operaciones más profundas y más positivas, aunque no veamos los frutos hasta más tarde. No podemos dudar de la fidelidad de Dios, de su misericordia.

El pecado más grave es la desesperanza, es dejar de confiar en Dios

Pero hay momentos en los que a pesar de eso, uno puede dudar de Dios, ¿cuál es la causa, según usted? ¿El pecado?
No creo que el pecado nos aleje siempre de la oración, sino que muchas veces es al contrario: nos obliga a rezar. Dios se sirve de todo: ¿cuál dirías que es el pecado más grave?
No lo sé…
Yo creo que es la incredulidad, la desesperanza, la falta de confianza en Dios. No es el hecho de ser pecador lo que me separa de Dios: si yo lloro mi pecado y me tiro a los brazos de Dios, lo que era un pecado se convierte en una gracia. Cuanto más pecador soy, más tengo que rezar. El demonio es muy inteligente: a veces caemos en una falta y nos dice "no reces, escóndete, no puedes presentarte así ante Dios, eres demasiado horrible". Y precisamente por eso hemos de rezar, ¿dónde voy a curarme si no en los brazos de Dios?
Por último, yendo a lo práctico, ¿cuál es la mejor manera de rezar?
Lo mejor es estar ante Dios tranquilamente, simplemente nutriendo nuestra mirada de amor a Él, como un pájaro que vuela y de vez en cuando aletea un poco. Es una oración muy simple, en la que de vez en cuando relanzamos la atención a Dios. El problema es que muchas veces no estamos así: nos distraemos, se nos va la mente…
¿Y en estos casos qué recomiendas?
En estos momentos son necesarios métodos para enfocar nuestra atención, como oraciones recitadas, hablar directamente con el Padre o el Hijo o usar el Evangelio. El método tradicional de la Iglesia desde siempre es partir de la Palabra de Dios para iluminar la oración. Sea para ver qué me dice la palabra o para pedir que Él me ayude a ponerla en práctica.
El prisma Jacques Philippe oración Dios como rezar
O sea, una meditación.
Sí, también la meditación es un método tradicional, pero hay que saber dejarla a tiempo: no consiste en pensar mucho, sino en ponerse en buena disposición ante Dios. Si al meditar un poco sobre el texto, hay algo que te toca especialmente o te llega profundamente, quédate en eso: tal vez repetirlo varias veces o dar vueltas sobre ese punto. Hay un versículo en la Escritura que he leído cien veces pero de vez en cuando me toca especialmente: "El Señor es mi pastor". Él es mi pastor, yo su oveja, no me hace falta preocuparme… y esto me hace entrar en una disposición adecuada del corazón: esta es la fuerza de la Palabra, que cuando la acogemos en el corazón nos suscita una actitud de apertura y de amor a veces muy rica. Esta puede ser una muy buena base.
¿Son recomendables las oraciones recitadas como el rosario, por ejemplo?
Formas más simples de oración como el rosario, que es una oración repetitiva pero que tiene un ritmo, que nos tranquiliza, nos pueden ayudar también. En mi caso, cuando no logro recogerme y centrarme o estoy muy cansado como para leer cualquier cosa, a veces cojo el rosario, me confío a la Virgen y lo voy recitando. Me doy cuenta de que mi corazón se tranquiliza, que a lo mejor estoy distraído con la cabeza, pero no es importante, porque gracias a esta repetición la presencia de María tranquiliza mi espíritu y me pone en presencia del Señor.
¿Alguna conclusión final?
De lo que se trata es que cada vez sea menos una oración de pensamiento, de cabeza, y cada vez más una oración de corazón, que se abra a Dios, en una apertura y abandono que hace que la oración sea profunda.
Tomado de:              http://diarioelprisma.es/como-rezar-oracion-encontrarnos-nosotros-jacques-philippeutm_content=bufferad5d5&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

martes, 9 de enero de 2018

EL VIAJE DE LOS MAGOS


  • Además de una gran fiesta para todos, la adoración de los magos es un episodio muy interesante, ya que supone un primer punto de contacto entre el cristianismo y las antiguas religiones.

Antonio María Baggio. Revista Ciudad Nueva, enero 2004

adoración_magos_Fray Juan Bautista MaínoCada vez que se produce uno de esos grandes encuentros interreligiosos, me viene a la mente el episodio de los Reyes Magos camino de Belén. Jesús acababa de nacer, aún no había empezado su anuncio, y sin embargo los representantes de la más antigua sabiduría, que lo estaban esperando, lo reconocieron y lo adoran. El episodio ha quedado para siempre envuelto en el misterio y el paso de los siglos y la proliferación de las leyendas lo han hecho aún más impenetrable. No obstante, sólo texto evangélico, aún en su sencillez, es rico en contenido.

Probablemente los Magos constituían en origen un clan familiar de la etnia de los medos. Erodoto los describe como los sabios consejeros de lo que se rodeaba el rey medo Astiages. Seguramente, y durante más de mil años, hasta la conquista de los árabes, los Magos ejercieron una notable influencia en la vida pública de la actual área iraní.

Aunque hayan degenerado, dando lugar a ciertas escuelas pseudomágicas a nivel de brujos y adivinos, los verdaderos Magos, que tienen a Zoroastro como fundador, mantuvieron una línea sapiencial auténtica, tal como lo testimonia Ammiano Marcelino, que los conoció en ocasión de la primera campaña militar de Juliano contra los persas en el año 363 d.C., definiéndolos como guardianes de un elevado culto de las realidades divinas. En efecto, en su significado más elevado, sapiencial, los magos poseen el maga, o "don", que consiste en una iluminación o capacidad de visión interior, determinante de un conocimiento que los demás no poseen.

El reconocimiento  y el respeto por  los sabios estaban muy difundido en las antiguas culturas. Por ello no debe sorprender que Mateo deje constancia de que los sabios Magos hayan reconocido a Jesús; es más, presenta el episodio como la revelación de la universalidad del anuncio que llevará a cabo Cristo.

adoracion_pastores_greco_pradoLos Magos no son los primeros sabios no israelitas que encontramos en la literatura hebraica. En el libro de los Números se narra el episodio de Balaán, considerado como un original caso de profetismo. Balaán no pertenece al pueblo hebreo, sino que  procede de Mesopotamia, y Filón de Alejandría lo define como magos. Llamado por el rey de Moab para detener a los judíos que habían salido de Egipto, en lugar de maldecir al pueblo de Dios, lo bendice y pronuncia una profecía en la que un futuro rey de Israel es asociado a una estrella: "Lo veo, aunque no para ahora, lo diviso, pero no de cerca: de Jacob avanza una estrella, un cetro surge de Israel". Nm24,17).

Según Clemente de Alejandría, los magos habrían comprendido el significado de la estrella a partir de sus conocimientos de astrología, pero otros Padres de la Iglesia, como JerónimoOrígenes o Gregorio de Nisa, los consideran discípulos  de Balaán y herederos de su profecía. De ese modo, Balaán constituiría el eslabón entre la tradición judía y la iraní, la cual mantenía viva la expectativa de la estrella, y mediante los Magos, la vuelve a anunciar a Israel, el cual sin embargo no la reconoce: "Los Magos –escribe Alexander Sand– representan a los pueblos paganos que dan homenaje de proskynesis, de reconocimiento reverente, mientras Israel manifiesta su rechazo desde un principio".

En el evangelio de Mateo los Magos hacen su entrada inmediatamente después del nacimiento de Jesús: "Unos Magos que venían de Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle». Al oírlo el rey  Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén". Mt 2,2-3

Giotto-comet-Halley-alt-1016x1024Lo que mueve a los Magos desde su lejano país es una estrella. La aparición de la estrella, que traza un nuevo recorrido en el cielo, es un acontecimiento al que los antiguos dan un gran peso, en especial las culturas que habían desarrollado cierta investigación de tipo antropológico. Se trata de un conjunto de conocimientos elaborados por los caldeos en el área mesopotámica, que luego llega al mundo helenístico y a través de ellos a los árabes, y forma parte de ese patrimonio sapiencial común del tronco indoeuropeo, dentro del cual los conocimientos se difundían. Los sabios se comunicaban entre sí con una continuidad que hoy nos cuesta imaginar, pero que los hechos atestiguan.

Concretamente, la estrella  que identifican los Magos es la estrella "de alguien", directamente unida a una personalidad, según era normal en la concepción iraní. También en la literatura hebraica se encuentra esta personalización de la estrella, atribuida a todo un personaje y fundamental en las profecías mesiánicas: "Su estrella –reza el Testamento de Leví (18,3)- surgirá como la de un rey"- El mismo Jesús, en el Apocalipsis de San Juan, dice de sí mismo: "Yo soy el retoño y el descendiente de David, el Lucero radiante del alba". Ap 22,16

La cuestión de los Magos, pues, abre el escenario de una expectativa que estaba en Oriente, en el mundo indo-iraní, más allá de los confines de Israel. Los Magos se encaminaron depositando toda su confianza en la señal divina. Nos los podemos imaginar fácilmente superando todas las dificultades de su viaje, ocultos por la noche en la que se puede  ver la luz divina. El recorrido de los Magos se presenta como el símbolo de un camino de la existencia humana, de la vida de cada uno de nosotros.

Pero repentinamente, ya cerca de la meta, la estrella desaparece y los Magos pierden su guía. Entonces es cuando buscan una ayuda humana y se dirigen a Herodes, es decir, aquel que, por sentido común, debería haber estado al tanto del nacimiento del rey niño, un acontecimiento que, en buena lógica, debería ocurrir en la casa del rey. Así piensan los Magos, pero al hacerlo corren el riesgo de convertirse en ejecutores inconscientes de los planes de Herodes, que no quiere rivales. Y así, el poder humano interfiere en el designio divino tratando de destruirlo.

Herodes convoca a los sacerdotes y a los escribas y les interroga sobre el lugar del nacimiento del "Cristo", demostrando de este modo reconocer que el rey del que le hablan los Magos es el Mesías. Y le responden con la profecía de Miqueas: "En cuanto a ti, Belén Efratá, la menor entre los clanes de Judá, de ti sacaré al que ha de guiar a mi pueblo Israel". Mi 5,1

Entonces los Magos prosiguen  hacia Belén y la estrella reaparece. Pero ya no se mueve en la trayectoria este-oeste, sino desde Jerusalén a Belén, en dirección norte-sur. ¿Acaso los Magos la habían perdido precisamente por ese cambio de dirección? Quizá, como iban dispuestos a encontrar al rey niño y buscando según la lógica de su sabiduría, cuando la estrella toma una dirección que no comprenden, ya no consiguen verla. Por eso, en la noche sin luz piden ayuda a la persona equivocada. A pesar del error, vuelven al camino justo, porque creen en la sabiduría bíblica, que indica el lugar preciso del nacimiento. Ahí está la grandeza de los Magos, aceptando las limitaciones de su propio saber, salen de su cultura y pierden lo que son. Y este hecho es lo que permite que reaparezca la estrella,… o que los Magos recuperan la capacidad de verla. Es un acto grande el que cumplen los Magos porque supone el encuentro entre dos sabidurías: pierden la suya en favor de otra y así permiten que la expectativa de la primera, encuentre respuesta en la segunda.

No sabemos cuántos eran, Mateo no lo dice. Sólo una tradición posterior impondrá el número de tres, basándose en los tres regalos, y les atribuirá los nombres de MelchorGaspar y Baltasar.

Los tres regalos tienen un uso práctico, pero lo que cuenta es su valor simbólico. El oro indica realeza y el incienso divinidad. La mirra requiere alguna explicación más. Deriva de una planta que pertenece a una especie muy difundida en las regiones bañadas por el Mar Rojo y el Océano Índico. La resina que se extrae de esta planta se utiliza aún hoy en perfumería. Con la destilación de la mirra, se obtiene una mezcla con propiedades astringentes y antisépticas que se utilizaba en las preparaciones para embalsamar. En consecuenciadoración_magos_sagrada _familia_Barcelonaa, la mirra simboliza la medicina que puede vencer la muerte y reclama la figura del "Cristo-sanador", aquel que tiene compasión de los males de la humanidad y los asume para curarlos. Mediante los tres regalos, los Magos reconocen a Jesús como Rey, Dios y Salvador.

Pero la misma figura de los Magos tiene un alto valor simbólico. En efecto los que adoran a Jesús no son altos funcionarios, ni príncipes ni reyes, si bien nada impide que en sus países de origen desempeñasen tales funciones. Pero es en cuanto Magos, es decir sabios, por lo que emprenden su viaje que culmina en un encuentro directo con Dios. Para ellos Jesús es la encarnación de la Sabiduría, la respuesta a las preguntas de la inteligencia humana.

Según Marcos, después de haber adorado al niño, los Magos se van, vuelven a sus países y a su cultura, llevándose la luz del encuentro con Cristo. No se dice que a consecuencia de eso se hagan cristianos, ni fundadores de iglesias en sus tierras. El mensaje que se desprende afirma la universalidad de Cristo, el hecho de ser el auténtico cumplimiento  de las expectativas de los sabios, pero también afirma  la libertad humana al elegir los modos de conocerlo.

¿Cómo concluir este viaje en compañía de los sabios? Deseando a todos y a cada uno que, cuando llegue la noche, sepamos reconocer nuestro propio "lucero de la mañana".

viernes, 5 de enero de 2018

ENHORABUENA

a todos los que habéis adquirido participaciones de la lotería de Navidad de la parroquia.

Premiado el Nº 18.314

Se puede cobrar en la administración de lotería  "La suerte es nuestra".



Gracias por vuestra colaboración
adquiriendo participaciones.



APLICACIÓN de la parroquia  
con el CALENDARIO en el enlace:
https://drive.google.com/file/d/0B4QbSI-Pb9CVWUpfTHRpMUJjblU/view

miércoles, 3 de enero de 2018

JOSE Y MARIA: ELLOS SABIAN OBEDECER

Descubramos un factor decisivo que une a María y José: ambos viven la obediencia de la fe. Estar bien con Dios une. Años más tarde el "niño" se queda en Jerusalén. María y José no caen en una tentación fácil de la vida en pareja: la de reprocharse uno a otro el problema que se ha creado; tal recriminación mutua no remedia nada y genera un nuevo problema. José y María buscan juntos y sufren juntos: «Hijo -dirá María a Jesús- ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te buscábamos angustiados» (Lc 2,48). Ambos esposos viven una intensa comunión de sentimientos. Hay, en fin, un nuevo motivo que crea unión: el ejercicio compartido de la misión. Tras encontrar a Jesús en el templo, bajaron a Nazaret, y Jesús «siguió bajo su autoridad» (Lc 2,51). Hasta la mayoría de edad, vivirá bajo una autoridad que – como dice la etimología de la palabra –  "hace crecer". Es que sólo sabe mandar quien ha sabido obedecer. Y nosotros lo hemos visto, María y José sabían obedecer.

Madrid acogerá el XLI Encuentro Europeo de Jóvenes de Taizé


El prior de la comunidad ecuménica de Taizé, hermano Alois, ha hecho público este sábado, 30 de diciembre, en Basilea (Suiza) que Madrid acogerá el XLI Encuentro Europeo de Jóvenes, que congregará a cerca de 20.000 jóvenes de distintas nacionalidades y confesiones religiosas del 28 de diciembre del 2018 al 1 de enero de 2019. Cada año, la comunidad convoca a estos últimos en una ciudad europea para lo que llaman Peregrinación de la Confianza a través de la Tierra. Se trata de una sencilla propuesta para vivir unos días festivos pidiendo por la paz en Europa y dando testimonio de la alegría de la fe. Al mismo tiempo, se muestra la cultura y la solidaridad propia del lugar de acogida –Basilea, estos días–.
El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha mostrado su «alegría» por la elección y ha incidido en que Madrid «es lugar de encuentro, es lugar de comunión y es lugar de expansión de la fe a todos los lugares de la tierra».

“LA FAMILIA CRISTIANA TIENE MUCHO QUE DECIR A ESTE MUNDO NUESTRO”


«La familia, hogar que acoge, acompaña y sana» es el lema con el que este domingo, 31 de diciembre, se celebra la fiesta de la Sagrada Familia. En Madrid, el cardenal Osoro saludó y bendijo el sábado una a una a las cientos de familias en la catedral de La Almudena.
En esta línea, pidió que sea un lugar de perdón y entrega, en el que se viva ese Amor «por encima de todo, dinero, vuestros intereses personales», y que sus miembros permanezcan «alimentados con la Palabra de Dios». «No os dejéis embaucar por cualquier palabra, por cualquier moda. […] Enseñaos los unos a los otros con sabiduría, pero no cualquier sabiduría, sino la que viene de Dios. Sed compositores, nos dice el apóstol, de un canto que supo decir la Santísima Virgen María con su vida: el canto del sí; el canto que supo decir san José a su lado».
«La familia cristiana es sanadora, es recuperadora del hombre». «No nos extrañe que el Papa Francisco haya hecho dos sínodos seguidos para valorar, descubrir, recoger, la grandeza de la familia cristiana».

Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz.

Paz a todas las personas y a todas las naciones de la tierra. La paz, que los ángeles anunciaron a los pastores en la noche de Navidad, es una aspiración profunda de todas las personas y de todos los pueblos, especialmente de aquellos que más sufren por su ausencia, y a los que tengo presentes en mi recuerdo y en mi oración. De entre ellos quisiera recordar a los más de 250 millones de migrantes en el mundo, de los que 22 millones y medio son refugiados. Estos últimos, como afirmó mi querido predecesor Benedicto XVI, «son hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos que buscan un lugar donde vivir en paz». Para encontrarlo, muchos de ellos están dispuestos a arriesgar sus vidas a través de un viaje que, en la mayoría de los casos, es largo y peligroso; están dispuestos a soportar el cansancio y el sufrimiento, a afrontar las alambradas y los muros que se alzan para alejarlos de su destino.

Con espíritu de misericordia, abrazamos a todos los que huyen de la guerra y del hambre, o que se ven obligados a abandonar su tierra a causa de la discriminación, la persecución, la pobreza y la degradación ambiental.

Papa Francisco Mensaje  celebración 51 Jornada mundial de la paz. 1 Enero 2018

lunes, 25 de diciembre de 2017

lunes, 18 de diciembre de 2017

jueves, 14 de diciembre de 2017

lunes, 11 de diciembre de 2017

jueves, 30 de noviembre de 2017

miércoles, 29 de noviembre de 2017

ADVIENTO, TIEMPO MARIANO.

El valor del Adviento, que es "un momento especialmente adaptado al culto de la Madre del Señor",  significa que este tiempo litúrgico debe ser visto como un "mes de María". En el calendario litúrgico del Oriente cristiano, el período de vigilia al misterio de la manifestación (Adviento) de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Natividad-Epifanía del Hijo único de Dios Padre aparece como un tiempo eminentemente mariano. La atención se centra en la preparación para la venida del Señor en el misterio de la maternidad divina. En el Oriente, todos los misterios relacionados con la Virgen María son misterios cristológicos, es decir, se refieren al misterio de nuestra salvación en Cristo. De manera que, en el rito copto, se cantan durante este período, las virtudes de María en la Theotokia;  en el Oriente  sirio, este tiempo es llamado Subbara, es decir, Anunciación, para poner de relieve su carácter mariano. En el rito bizantino, la preparación de la Navidad está marcada por una serie cada vez mayor de las fiestas marianas y coros cantados en honor de la Virgen María.

lunes, 27 de noviembre de 2017

SEÑORA DEL SILENCIO

Madre del Silencio y de la Humildad,

Tú vives perdida y encontrada

en el mar sin fondo del Misterio del Señor.

Eres disponibilidad y receptividad.

Eres fecundidad y plenitud.

Eres atención y solicitud por los hermanos.

Estás vestida de fortaleza.

 

En Ti resplandecen la madurez humana y la elegancia espiritual.

Eres señora de Ti misma

antes de ser señora nuestra.

 

No existe dispersión en Ti.

En un acto simple y total,

tu alma, toda inmóvil,

está paralizada

e identificada con el Señor.

Estás dentro de Dios

 y Dios dentro de Ti.

El Misterio Total te envuelve

 y te penetra, te posee, ocupa

e integra todo tu ser. (…)

 

Sin embargo, tu silencio no es ausencia sino presencia.

Estás abismada en el Señor,

y al mismo tiempo,

atenta a los hermanos, como en Caná.

                                                            P. Larrañaga.  

FECUNDIDAD


En nuestra escala de valores prima la salud, la juventud, el bienestar, la belleza física, la buena forma corporal, la productividad, la fuerza. Por el contrario, nos frustra la debilidad, la enfermedad, toda circunstancia adversa y todo contratiempo.
Las Sagradas Escrituras, en cambio, nos muestran cómo Dios actúa en los que son débiles, pequeños, pobres, frágiles, desechados, segundones o extranjeros. El salmista canta: "A la estéril le da siete hijos, mientras que la madre de muchos queda baldía".
¡Tantas veces debemos reconocer que lo que nos sucede no es fruto de nuestro esfuerzo, sino que nos sorprendemos por los hechos providentes que acontecen a pesar de nuestra pobreza y debilidad!
San Pablo llega a decir: "Lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres" (1Co 1, 25). ¿Dónde pones tus ojos?

Y EN ESTA NAVIDAD...

TEATRO  NAVIDEÑO 

"La historia de José".
SABADO 16  DE DICIEMBRE 2017  A LAS 17:00 H.
FIESTA NAVIDEÑA  
Misa familiar. Y  después compartimos
la comida que cada uno ha traido.¡ Con alegría  TE ESPERAMOS !
DOMINGO 17 DICIEMBRE A LAS 11:30 H.
MISA DE NOCHEBUENA
DOMINGO 24 DE DICIEMBRE 2017 a las 19:00 h.
Las misas del domingo 10, 11:30 y 13 h.
REYES MAGOS  5  Enero 2018

LOTERÍA DE NAVIDAD 2017


Calendario 2018
Colaboración: 3,00€
PARA  BAJARLO GRATIS EN PDF

APLICACIÓN de la parroquia  
con el CALENDARIO en el enlace:
https://drive.google.com/file/d/0B4QbSI-Pb9CVWUpfTHRpMUJjblU/view

CONTENIDOS Y ACTITUDES DEL ADVIENTO



1.- El adviento es tiempo de preparación a la Navidad, donde se recuerda a los hombres la primera venida del Hijo de Dios.
2.- Es tiempo en el que se apunta a la segunda venida de Cristo, que tendrá lugar al final de los tiempos.
3.- Es tiempo del recuerdo, celebración y actualización del nacimiento de Jesucristo en la historia presente.
4.- Es tiempo de despertar sentimientos de esperanza, de espera gozosa y anhelante.
5.- La vida es siempre adviento o hemos perdido la capacidad de que algo nos sorprenda grata y definitivamente.
6.- Tiempo para intensificar la espera atenta, la vigilancia constante, la fidelidad al amigo…
7.- Tiempo para  desear: la paz, la justicia, la relación fraternal, el compromiso en pro del nacimiento de un nuevo mundo desde la raíz.
8.- Tiempo con la esperanza puesta en la garantía del Dios de las promesas.
9.- Adviento es el camino hacia la luz. El camino del creyente y del pueblo que caminaban entre tinieblas y encuentran la gran luz en la explosión de la luz del alumbramiento de Jesucristo, luz de los pueblos.
10.- La esperanza es la virtud del adviento. Y la esperanza es el arte de caminar gritando nuestros deseos: ¡Ven, Señor Jesús!

EL AMOR NO ADMITE EXCUSAS

Desde el año pasado, en Madrid tenemos una imagen de Jesús desamparado del artista canadiense Thimoty P. Schmalz que nos acerca este pasaje evangélico de forma muy gráfica. Se trata de una escultura de Jesús, en tamaño natural, que representa una persona sin techo acostada en un banco. Tenéis un hueco en el banco para sentaros unos instantes y, en Jesús, ver a tantos y tantos desamparados, quizá a nosotros mismos. A su lado, se nos hacen tres invitaciones que valen no solo para esta jornada, sino para nuestro día a día:

1. Sentémonos con los pobres y descartados. Sentarse es atenderlos, verlos, acercarlos a nuestro corazón, no desentendernos de todas las situaciones que afectan a la dignidad del ser humano. Las pobrezas son muchas y de muy diferentes clases. Como en el banco de la escultura, siempre hay un sitio para nosotros.

2. Contemplemos sus heridas, las pobrezas. Pueden ser diferentes pero todas hacen sufrir al que las padece. Probablemente también nosotros tengamos llagas.

3. Obremos dando respuestas concretas. Nuestra vida ha de tener respuestas concretas para nuestros hermanos. No lo dejemos para mañana.

+ Carlos Card. Osoro, arzobispo de Madrid